miércoles, 24 de abril de 2019

SPHINCTEROCHILA CANDIDISSIMA






          
          Ayer estuve por el campo, después de varios días de lluvia en los que se ha recogido en torno a los 80 litros por metro cuadrado, lo que han sabido aprovechar bastante bien los caracoles. Como sphincterochila es bastante común, no suele prestársele demasiada atención, así que he decidido dedicarle esta entrada.

          Popularmente se le conoce como caracol judio, moro o blanco, pero en mi familia les llamábamos "caracoles meones", aunque no sé con seguridad si el uso de este nombre se extiende al resto de la zona. Lo de "meón" está justificado de sobra, pues si lo coges cuando está fuera de la concha, suelta un chorro de líquido. Sin embargo, no he podido encontrar ninguna referencia respecto a este comportamiento en otros blogs.

           La concha es blanca y muy gruesa, con un diámetro de hasta algo más de dos centímetros y forma bastante esférica.. Cierra la boca (epistoma) con un epifragma calizo, también muy resistente en comparación con el de otros caracoles. Su cuerpo es casi negro. 

          Es un auténtico superviviente en condiciones de sequedad extrema, llegando a permanecer en reposo, incluso, durante varios años.

     Habita lugares despejados y áridos, con presencia de pequeños matorrales. Es de hábitos fundamentalmente nocturnos, alimentándose de líquenes y algas del suelo. Al igual que otras especies de caracoles como Iberus Campesinus, se muestra activo después de las lluvias, apareciendo por cientos en determinadas zonas.



         
          Su éxito se debe, también en buena parte, al hecho de que no suele consumirse. Hay quien dice que tiene mal olor o sabor e, incluso, que es tóxico, aunque lo cierto es que forma parte de algunos platos (con tomate y arroz sobre todo) en la Provincia de Albacete y parte de Andalucía, aunque casi siempre, mezclado con otras especies de mayor valor culinario. Nosotros nunca los comimos, ni tan siquiera llegamos a planteárnoslo, pero también es cierto que teniendo serranas en la comarca, todos los demás, incluidos los boquinegros, pasaban a un segundo término.




          Al mismo tiempo, también son una importante fuente de proteínas para roedores, como ratones, ratas, lirones caretos. En la foto, varias especies de caracoles, incluidos nuestros "meones", han sido partidas sobre una piedra por un ave, para poder extraer el cuerpo. También las conchas son consumidas, parcialmente, por algunos pájaros por el importante aporte de calcio que les resulta fundamental para el desarrollo de los huevos.


domingo, 21 de abril de 2019

LIRÓN CARETO. ELIOMYS QUERCINUS




Juvenil de lirón careto



          Uno de esos pequeños personajes que, después de una vida, descubro que son mis vecinos.

          Y a estos los encontré hace un par de años porque decidieron hacer su casa dentro de la mía.

         A la cría de la foto la encontramos en el suelo, agotada y después de darle de comer (aceptó la comida tras intentar mordernos varias veces) la volvimos a soltar en el tejado, en la zona donde creíamos que se encontraba su hogar.

         Los adultos alcanzan un tamaño medio de unos doce centímetros sin contar la cola. Lo de careto les viene por la franja negra que cubre sus ojos, que asemeja un antifaz. De la cola, larga y con un mechón de pelo en la punta (foto inferior), pueden desprenderse si son atrapados por ella, regenerándose posteriormente.



En la foto se puede apreciar el penacho de pelo en que acaba la cola de los lirones.






          No conocía en la zona más roedores que las ratas y ratones, hasta que un día encontré una musaraña dentro de un cubo, donde había caído y muerto por inanición (desde entonces siempre pongo todos los recipientes boca abajo). A los lirones los creía propios de climas más húmedos y boscosos, seguramente por haber crecido con los documentales de Félix Rodríguez de la Fuente y ser esos los ambientes en los que se grababan los programas.

          Ahora ya sé que también habitan la España árida, aunque no se conoce bien el estado de sus poblaciones, que se ven diezmadas por el uso de venenos, insecticidas y colocación de trampas.


Lirón atrapado en trampa puesta por un agricultor. Muchos mueren en ellas.






lirón careto cazado por un gato.


       

          Algunos animales domésticos también hacen estragos. Esta cabeza es un "trofeo" de una gata que se instala en casa todos los años para parir.


          Prefiere los lugares con acumulación de rocas, donde se refugia, tiene a sus crías e hiberna. En nuestra zona, además, también suele estivar en las épocas de más calor, así que, entre unas cosas y otras la expresión "dormir como un lirón" está justificada.



          Como mi terreno es margoso y con pocas piedras, construí este morcuero para su cobijo, si les parecía oportuno. En cualquier caso, aunque no lo usen los lirones, constituye un buen refugio para moluscos y reptiles.

          La hibernación suele suceder entre los meses de octubre y abril o mayo

         Su dieta es omnívora y muy variada: granos, vegetales, moluscos, reptiles, insectos e incluso, otros micromamíferos. Esto les lleva a moverse indistintamente por el suelo o por árboles y arbustos, por cuyas ramas se desplaza con gran facilidad.

          Tienen dos celos al año, el primero a finales de primavera en el que nacen unas cuatro o cinco crías y el segundo en el verano con un número de crías entre cuatro y siete. 

          Las crías son amamantadas durante un mes y tras otros tres o cuatro meses de alimentación independiente completan su crecimiento.