Grandes transformaciones en el entorno de Tabala y Cabezo Negro |
Reconozco que asistir a la destrucción del paisaje en mi entorno me afecta profundamente y su principal causa es, nuevamente, la agricultura, las grandes transformaciones que, al menos en esta región, están dejando tal huella, que en pocos años más, nuestros campos serán irreconocibles. Y si todo quedase en una cuestión de sentimentalismo o añoranza.... pero lo cierto es que el calado cultural, psicológico, etc... de la imparable transformación a la que estamos asistiendo, es insospechadamente profundo y dañino.
La personalidad de los pueblos se teje con todo ese conjunto de hitos, parajes, historias y lugares que, conforme desaparecen, nos desarraigan. Y este cambio se inició hace ya algunos años, cuando el "alienamiento" cultural al que nos arrastra la globalización, impuso la idea de que es más importante el beneficio económico que nuestro entorno, que es más importante el precio de las cosas que su valor.
Hemos aprendido a negarnos. Somos un pueblo acomplejado, incapaz de apreciar lo que tiene y cuando cree estar defendiendo su esencia, tira de banderas mientras que quienes les alientan, destruyen su verdadera identidad.Ya casi nadie sabe donde estaba el Bancal del Zorro, los Tollos, la Serreta o la Fuente del Piojo. El primero fue arrasado para plantar naranjos (lo que hay que ver, naranjos donde apenas crecían las chumberas) y la última dejó de brotar por el expolio continuo del acuífero que la mantenía. El lugar donde mi abuelo cogía el agua para beber, ahora es un agujero entubado en el suelo de donde se saca agua que, para regar, tiene que ser desalada. Somos incapaces de respetar una tierra que ha sido poblada desde la prehistoria y que en su subsuelo esconde un inmenso patrimonio, información que la tierra ha guardado durante millones de años que, en apenas unas horas, puede ser borrada para siempre..
Cuando pensamos en ecología parece que solo percibimos las interrelaciones entre seres vivos y tendemos a olvidar que el relieve y el paisaje tienen una función fundamental en ese equilibrio. No me refiero a los extensos desiertos, bosques de ribera, sistemas montañosos, etc... si no a esas pequeñas umbrías tras una elevación, las faldas de las montañas, roquedos o ramblizos.
Hace pocos años, salía en la prensa que determinada empresa había arrasado un yacimiento arqueológico para plantar hortalizas en el Campo de Cartagena. Parece que una noticia así, crea algo más de alarma que si lo destruido es una loma, una cañada o cualquier otro rincón y con ellas, su nombre, su historia.
Cuando leí el decreto que declaraba paisaje protegido la Sierra de Escalona y su entorno, me sentí profundamente decepcionado al comprobar que buena parte de la zona que abarca este blog quedaba relegada. Las sierras de Pujálvarez y El Cristo quedan aisladas y los campos situados entre ellas expuestos a la depredación de los grandes intereses económicos. No olvidemos que es aquí precisamente, donde se quiso construir el macro vertedero de La Pistola y ahora una gran planta de tratamiento de estiércol y un gigantesco campo solar. Me pregunto qué sentido tiene proteger una zona delimitada si se interrumpe esa continuidad tan necesaria para las distintas especies y las actividades que se desarrollan en ella influyen de forma tan negativa en el espacio que se pretende salvaguardar.