martes, 31 de diciembre de 2019

CAPTADORES DE C02




A esta jara la he protegido con una garrafa de agua cortada por los dos extremos. El PET aguanta mucho tiempo en el exterior sin descomponerse.


Los árboles y arbustos tienen un papel decisivo en la conservación de la biodiversidad y son una importante contribución en la lucha contra el cambio climáticos, así que estos últimos días he estado plantando algunos, introduciendo alguna especie que no tenía en la finca (como la jara) y buscando especies muy resistentes a la escasez de agua.

Las lluvias han provocado una verdadera explosión de la vegetación y a su vez, esta, ha contenido la escorrentía evitando la erosión.

Este año se presenta bien para la actividad, pues desde tan solo el verano pasado, las lluvias nos han dejado el doble de la media anual, lo que garantiza que la humedad se conservará hasta principios de la primavera próxima facilitando el enraizamiento y, ya de paso, evitando los daños causados por los conejos, pues al haber mucha vegetación, no morderán los ejemplares recién plantados.


Siempre uso árboles muy pequeños que se adaptan mejor y aunque supone dedicarles más tiempo, les pongo un acolchado vegetal y una protección.


Hay plantas que se prestan muy bien para hacer el acolchado, como el albardín, el esparto o el lastón entre otras, pues sufren muy poca merma al secarse y por tanto, protegen la tierra durante más tiempo.




Si no tengo mallas, las plantas mas leñosas son un buen método de disuasión para los roedores (por la zona no tengo otros herbívoros que puedan causarles daño). También protegen contra el exceso de insolación colocando más cantidad en el lado del poniente, pues el sol de la tarde es el más dañino para los nuevos plantones. Bolagas secas, así como las escubillas o albaidas se prestan a la perfección para ello. 

Tanto la protección con leñosas como el acolchado, tienen la ventaja de que no hay que retirarlos, no contaminan y con el tiempo, se convierten en nutrientes.


He añadido algunos lentiscos (pistacia lentiscus) que adquieren un porte importante, son un buen refugio para la fauna y tienen una extraordinaria resistencia ante la sequía.


La jara, aunque presente en toda la zona, no la tenía en la finca, así que he introducido algunos ejemplares.


El esparto, que tenía poquísimo, hace un trabajo extraordinario en la lucha contra la erosión y tiene multitud de aplicaciones. Yo lo uso mucho, igual que el albardín, para atar las protecciones que pongo a los troncos jóvenes para evitar que sean roídos por los conejos. Es un buen cobijo para los caracoles durante el verano y periodos secos,

También he añadido algunos garroferos o algarrobos, que constituyen una magnífica fuente de alimentación para muchos animales. Un reciente estudio ha calificado a la garrofa, o algarroba como superalimento también para los humanos, aunque para su explotación tendríamos que volver a empezar, pues con la llegada de los regadíos, casi todos los árboles fueron arrancados.

La nota más conflictiva ha sido aumentar el número de cipreses de Cartagena (tetraclinis articulata) que si bien se les podría considerar como exotismos, dado que suelen crecer exclusivamente cerca de la costa, lo cierto es que se adaptan perfectamente a zonas más alejadas del litoral. También tengo en cuenta que el cambio climático es una realidad imparable que vaticina mayor escasez de agua en el futuro. Un estudio de la Universidad de Murcia  sobre la distribución de especies, sitúa al tetraclinis como uno de los árboles que podría extenderse hacia el interior, llegando hasta Sierra Espuña, así que he decidido adelantarme a los acontecimientos.

Volviendo al tema de la captación de dióxido de carbono. Como curiosidad, destacar que de los árboles propios del Sureste, el que más C02 absorbe es, precisamente, el más abundante, el pino carrasco (pinus halepensis) con unas 50 toneladas anuales, en los ejemplares adultos.