Morcuero con forma cónica. |
Amontonar piedras es una de las mejores formas de crear pequeños hábitats para algunas especies, como reptiles, roedores, aves y moluscos. Estas acumulaciones reciben el nombre de morcueros, por una vieja costumbre romana de amontonar piedras en determinados lugares en honor de Mercurio.
En los tiempos en que los cultivos se disponían en terrazas, en muchas ocasiones, los bancales se separaban con muros de piedra que venían a cubrir las necesidades de diferentes especies de lugares donde cobijarse, anidar, etc... No son pocos los mochuelos y abubillas que he visto hacer sus nidos en ellos.
Bancales separados por muro de piedra o trenque en las inmediaciones del Cabezo Negro de Zeneta. |
La nueva agricultura impersonal y depredadora de espacios y recursos, prescinde de cualquier obstáculo que limite el uso de maquinaria en una frenética carrera por producir lo más posible a cualquier coste. Suprime los abancalamientos y muros de piedra y arrasa cualquier forma de vida silvestre.
Cultivos de cítricos acorralando la Sierra del Cristo |
A la hora de poner nuestro grano de arena en este desierto de estupidez, debemos tener en cuenta no complicar la vida a la multitud de habitantes que se esconde debajo de las piedras, arrancándolas del suelo. Por eso, una buena opción es recoger las que se mueven en canteras, obras, etc...
Si ponemos nuestros morcueros cerca de arbustos, mejor acogidos serán por nuestros vecinos.