Como si de una sopa de letras se tratase, en medio de estas trigueras se esconden unos verdaderos maestros del camuflaje.
Igual con esta aproximación se pueda ver mejor dos de ellos:
Son mas fáciles de escuchar que de ver. Para emitir estos sonidos, que tan familiares nos resultan, frotan las patas con las alas o el abdomen o golpetean las alas directamente en el suelo.
Acrida ungarica es un saltamontes de cuerpo alargado. Las hembras llegan a medir hasta 7 centímetros y los machos 4. La cabeza tiene forma cónica y las antenas aplanadas y terminadas en punta. Sus colores van del verde, al marrón, lo que junto a su forma, le proporciona una mimetización extraordinaria.
Acrida Ungarica en el Campo de El Alcachofar. Torremendo. Orihuela
Como el resto de saltamontes, son selectivos con su comida, que huelen y prueban con las papilas gustativas situadas en las antenas. Por otra parte, los sonidos los perciben a través de una membrana situada en el abdomen.
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